El otro día escuché un podcast en el que trataban un tema que consiguió despertar mi curiosidad.
Dicho audio comenzaba relatando el caso de una chica que encontrándose en compañía de un amigo, expresaba su tristeza y malestar después de un suceso.
La chica en cuestión, comentaba que se sentía así después de haber recibido un regalo de cumpleaños por parte de su pareja.El chico no lograba comprender por qué sentía tristeza después de tan bonito acto.
Ella expresaba que la persona de quien había obtenido dicho regalo era alguien muy especial para ella, y que dada la estrecha relación que les unía, esperaba le hubiera obsequiado con un presente más grande, más caro.
El chico intentaba hacerle entender que debía agradecer el detalle, puesto que esa persona especial se había acordado de ella. Pero ambas partes no se ponían de acuerdo. Ella continuaba sintiendo malestar y él no lograba comprenderla.
Se puede decir que ambos hablaban lenguajes distintos.
Todos en algún momento nos hemos sentido así. Todos nosotros en algún momento de nuestra vida hemos sentido la impotencia de intentar razonar con una persona y, pese al esfuerzo empleado, acabar sin entendernos. Seguramente incluso hayáis tenido la sensación de hablar idiomas distintos.
Por otro lado,
¿Cuántas veces habremos escuchado a una persona decir que prefiere que le demuestren las cosas antes que escuchar palabras vacías ? y el caso contrario….
¿cuántas otras hemos escuchado a una persona quejarse de que su pareja no le dice «cosas bonitas»?
En el caso de la chica angustiada por haber recibido un pequeño obsequio el día de su cumpleaños, es un claro ejemplo de una persona que habla el lenguaje de los regalos.
Un lenguaje que, dada la situación ocasionada, no es el prioritariamente hablado por su pareja.
Con toda seguridad podemos desprender de esta situación, que ella le hubiera regalado a su novio un objeto más costoso, más caro.
El hecho de opinar que la otra persona no ha actuado de la manera que ella considera más apropiada, ha provocado en ella en unos sentimientos negativos que han desembocado en la sensación de no sentirse querida.
Sin embargo, que una persona actúe de una manera que para nosotros no es la adecuada no quiere decir necesariamente que no nos aprecie. Es posible que esa persona esté proporcionándonos amor a través de otros actos. Pero es posible también, que esa manera no sea las más adecuadas para nosotros.
Según Gary Chapman existen 5️ lenguajes del amor. Chapman (2009) sostiene que todos en mayor o menor medida expresamos nuestro amor hacia los demás a través de esos 5 lenguajes existentes. Sin embargo, existen 1 ó 2 predominantes en cada uno de nosotros a través de los cuales exteriorizamos nuestro cariño hacia los demás, e igualmente un par de ellos preferidos a la hora de recibirlo.
Así, hay personas que hablan el lenguaje de los regalos, y otras el de los actos de servicio. Otros consideran que no hay regalo más valioso que el tiempo invertido en una persona y probablemente esa sea su manera de mostrar gratitud.
Otrxs se sienten cómodxs expresando cariño a través de palabras y los hay que prefieren el contacto físico.
Ambos lenguajes de preferencia suelen coincidir, pero no tiene por qué ser siempre así.
Las personas que hablan el lenguaje de los regalos, se sienten cómodas expresando su amor a través de obsequios. Normalmente, dicha persona se sentirá querida dependiendo del tamaño del presente recibido o la elaboración del mismo. Sienten que el dinero y/o el tiempo empleado en el mismo está en consonancia con lo que dicha persona los aprecia.
Trasladándolo al contexto laboral, es el caso de los líderes de una empresa que todavía obsequian a sus empleados con una cesta de productos por Navidad. Ellos están hablando el lenguaje de los regalos.
Otras personas expresan su amor a través de las palabras. Son aquellas a las que les gusta decir constantemente cuánto quieren a la persona, lo guapo/a que está ese día, o lo bien que le sienta ese pantalón.
En consonancia, son las mismas que miden el amor que la otra persona les tiene según la cantidad de palabras bonitas que reciben.
Trasladándolo al ámbito laboral, serían los jefes que felicitan a sus empleados diciéndoles lo bien que han realizado ese informe o lo orgulloso que están de su progresión en la empresa.
Para otras personas, el mayor regalo que pueden recibir de alguien es el tiempo que pasan junto a ellas.
Para las personas que hablan dicho lenguaje, obtener y regalar “tiempo de calidad” es lo que más valoran y la manera que tienen de expresar su amor.
Lo que más desean es que su pareja o amigos pasen tiempo junto a ellas. Y es eso precisamente lo que las hace sentir queridas.
En el contexto laboral, dichas personas valoran que su jefe dedique tiempo a hablar con ellas, y en el caso del superior, es aquel que, por ejemplo, se esfuerza por hacer reuniones individuales con cada uno de sus empleados.
Hay otras personas que manifiestan su amor a través de actos de servicio.
Son aquellas madres que expresan el amor que sienten hacia su hijo haciéndole su comida favorita. O la madre que ayuda a esa otra hija con las labores del hogar.
En el ámbito laboral, es el caso del empleado que ayuda a su compañero a realizar una tarea.
Estas personas se sentirán agradecidas y queridas cuando las ayuden con sus tareas u obtengan favores de la otra persona.
El contacto físico es el lenguaje universal por excelencia Utilizado no sólo por las personas, sino también en el reino animal. Es el caso de los abrazos, besos o caricias.
Hay personas cuya forma de expresar cariño es a través del contacto físico. Son las personas que usualmente categorizamos como cariñosas.
Entre compañeros de trabajo, es aquella persona que pone la mano en el hombro o toca el brazo de la otra persona al hablar con ella. O el caso del jefe que da una palmadita en la espalda a su empleado.
Cada persona tiene sus preferencias a la hora de expresar o recibir amor.
En muchas ocasiones, la manera en que una persona demuestra amor es la preferida a la hora de recibir.
Pero no siempre es así.
A veces, si una persona recibe amor a través de un lenguaje que no es de su preferencia, es posible que no se sienta amada, con las consiguientes consecuencias que esto puede suponer en la relación, sea esta del tipo que sea.
Por ello, es de gran utilidad que hagamos un ejercicio de instrospección personal, con el objetivo de identificar el lenguaje en el que nosotros mismos expresamos amor y sepamos cuál es nuestro lenguaje de amor de preferencia.
Una vez que tengamos claros ambos conceptos, seguramente nos sea de gran utilidad compartirlos con nuestra pareja, amigos y familiares más cercanos.
Nuestras relaciones con los demás mejorarán sustancialmente.
Para más info, tenemos el libro “Los 5 lenguajes del amor” de Gary Chapman, manual que habla de forma ampliada acerca del tema.
Me queda pendiente leerlo. 😊